Lo primero que se aprecia al observar un castro es la complejidad de los sistemas defensivos que posee, siendo su ubicación en zonas altas del terreno el primero de estos elementos .
Siguiendo las descripción de los elementos de F. Castro Lourido apreciamos los siguientes elementos defensivos:
Terrapelenes: son los elementos más comunes y nacen como resultado de los trabajos de horizontalización del terreno, en terrazas, fundamentalmente. Lo normal es que la altura de los terraplenes sea de entre 5 y 10 metros.
Parapetos: elemento exento y adelantado a las murallas o terraplenes , protegiendo los puntos más vulnerables . pueden alcanzar una altura considerable y estar combinados con fosos.
Fosos: situados en los lugares de más fácil acceso al recinto, elementos característicos de los castros costeros.
Murallas: se reserva este nombre para las defensas realizadas en piedra. Aunque hay castros con una única muralla. es más común la presencia de varias, protegiendo el recinto y en algunos casos, se encontrarían refuerzos de torres defensivas colocadas en la puerta de entrada.
Piedras hincadas: pobablemente sea un elemento foráneo de la cultura de los castros y no muy abundante. Son piedras prismáticas clavadas en el suelo y que se supone que deberían entorpecer los ataques realizados a caballo.
Puertas de acceso: tenían como objetivo dificultar el acceso a los recintos, pues en algunos casos se realizaba por medio de escalera.
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