Historia del vino en Galicia
Gracias a los estudios realizados se puede afirmar que en Galicia existía vid silvestre desde hace 7.000 años.
Los pueblos mediterráneos, (griegos, fenicios y romanos) trajeron consigo vides que cultivaban en sus territorios y que se mezclaron con las vides autóctonas dando lugar a las variedades de uva propias de nuestro país que nos encontramos hoy en día.
Fueron los romanos los que impulsaron la viticultura y vinicultura en Galicia, a partir del siglo anterior a Cristo introducen las técnicas fundamentales en la comunidad gallega para el cultivo de la uva y su producción.
Aparecieron restos arqueológicos en Verín que demuestran la existencia de vides y lagares durante la dominación romana. Encontramos, documentación en la que se afirma que los vinos de Amandi eran ‘’gratos’’ a los emperadores romanos, con la curiosa circunstancia de que el vino de Amandi se bebía ‘‘puro’’, es decir sin mezclarlo con vino o con miel, algo habitual en la época romana, lo que nos habla de la calidad de los caldos gallegos en tiempos del imperio.
Tras la caída del imperio, Galicia queda en poder de los Suevos la producción de vinos se fue extendiendo. Las Ras Baixas y Val do Miño fueron importantes centros productores.
Durante la Edad Media el Camino de Santiago contribuyó de manera decisiva en el progreso y expansión de la vitivinicultura gallega. El camino funcionaba como una vía de información, un intercambio continuo de experiencias que contribuyó a que los vinos gallegos experimentaran un avance considerable, siendo objeto de comercio y exportación, especialmente los de Ourense.
Durante la Edad Moderna los vino gallegos se fueron consolidando y expandiendo, eran vinos muy apreciados por las tripulaciones de la Armada Española, fueron años en que Galicia cultivaba más de 120 variedades de uvas.
Durante el siglo XIX asistimos a una decadencia, las causa habría que buscarlas en las circunstancias socioeconómicas que afectaron a todo el estado español y también, a enfermedades y plagas que atacaron las vides (oído, míldio, filoxera….entre otras).
Durante el XIX se inició una recuperación, pero incontrolada, se buscó más la cantidad que la calidad. Hay que esperar hasta mediados de siglo para que se empiece una recuperación de las variedades autóctonas y la fundación de las Zonas de Denominación de Origen, que condujo a la situación actual, que ofrece un buen presente y ojalá un mejor futuro.
Pero de los las cinco denominaciones, con sus cinco grandes vinos os hablaremos en otra entrada, no os lo vamos a contar todo hoy…
Curiosidades……
Contrariamente a la opinión generalizada de que determinadas variedades gallegas son foráneas, quiero dejar muy claro que las uvas albariñas, godello. treixadura, loureiro y caiño son originarias de Galicia. Aunque exista la leyenda de que la uva albariña proviene del Rin en Alsacia, esto es una afirmación que carece de fundamento histórico y científico, que no intenten quitarnos lo que es nuestro !!!!!!!
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